Desde 2013, Amazon ha causado sensación con el anuncio de su proyecto Prime Air, prometiendo entregas con drones en 30 minutos en zonas urbanas. Esta ambiciosa misión ha capturado el imaginario colectivo. Pero más de una década después, los drones aún no han conquistado las cadenas de suministros mundiales. Sin duda, los drones representan una palanca para reinventar o, al menos, optimizar la logística. Pero su adopción sigue siendo lenta y se enfrenta a una serie de desafíos tecnológicos, legislativos y sociales.
En este artículo analizamos las oportunidades y los retos que presentarán los drones para las rutas de entrega en 2025. Ilustraremos el potencial de los drones en la logística a través de ejemplos concretos de su implementación. También analizaremos las diferencias en la legislación y la integración del mercado en Europa y Estados Unidos.
Índice del artículo:
Si empresas como Amazon llevan más o menos 10 años prometiéndonos la llegada de los drones es porque tienen mucho que ofrecernos.
Una de las principales ventajas de los drones es su capacidad para realizar entregas en lugares de difícil acceso, especialmente en invierno. Es el caso de determinadas zonas rurales o montañosas, donde las rutas estándar no són rentables, a veces son peligrosas o incluso imposibles. Los drones ofrecen a los clientes la oportunidad de recibir sus paquetes rápidamente, incluso cuando las carreteras están intransitables. Volar un dron en cualquier condición meteorológica por caminos de montaña empinados que se entrecruzan ahorran una cantidad considerable de tiempo, sin ningún riesgo para los conductores de reparto.
Ejemplo concreto: En España, Correos ha realizado pruebas con drones capaces de transportar paquetes de hasta 5 kg. Este proyecto se llevó a cabo en Utrera (Sevilla), con el objetivo de analizar la viabilidad del transporte de envíos con drones en áreas de difícil acceso.
Otro ejemplo concreto: En Francia, La Poste puso en marcha dos proyectos piloto en 2016 y 2019 para repartir paquetes con drones en zonas aisladas de los departamentos de Var e Isère. En enero de 2024, abrió una tercera línea con socios como Geopost (antes DPD) y Chronopost, para agrupar la entrega de paquetes con drones en las montañas de Vercors.
Dos veces por semana, gracias a un compartimento de carga a granel y a un compartimento polivalente, los drones transportan hasta 10 kg de carga útil a lo largo de 10km entre Villard-de-Lans y Corrençon-en-Vercors. El objetivo es entregar a otras 4 localidades de la meseta de Vercors en menos de una hora, en vez de dos horas por carretera, ahorrando así más de 65 kilómetros de carretera de montaña.
Los paquetes transportados por un dron, bajo el control de un operador a distancia, se depositan en su destino en un compartimento seguro que los protege de las inclemencias del tiempo. El responsable del punto de entrega vecino es informado automáticamente de su llegada, por lo que solo tiene que recogerlos.
El impacto medioambiental de los drones eléctricos es significativamente menor que el de los vehículos de reparto convencionales, especialmente debido a su bajo consumo de energía y a que no emiten CO2. En este sentido, los drones representan una alternativa más ecológica y un paso hacia una logística más sostenible.
En Estados Unidos, un estudio realizado por la Carnegie Mellon University reveló que la entrega de paquetes pequeños con drones emite alrededor de un 84% menos de gases de efecto invernadero y consume un 94% menos de energía que los camiones diésel.
Estudio experimental Sherpa (ADEME): En Francia, la ADEME publicó en septiembre de 2020 los resultados de un estudio experimental realizado en colaboración con Atechsys, Prolexia y GeoPost. Desarrollaron diferentes procesos y tecnologías para construir dos líneas de reparto de paquetes en las montañas de Isère y compararon el impacto ecológico de la entrega de paquetes ligeros con furgoneta y con dron eléctrico. La conclusión es indiscutible: para el transporte de paquetes de hasta 2 kg, el consumo de carbono del dron, desde su fabricación hasta su funcionamiento, es inferior al 1% del de un vehículo comercial ligero.
Los drones permiten realizar entregas extremadamente rápidas, lo que supone una ventaja decisiva en situaciones urgentes, como la entrega de medicamentos, equipos médicos sensibles o incluso muestras de sangre u otros tejidos humanos.
Ejemplo concreto: en Bélgica, desde finales de 2024, un dron conecta el hospital de Ypres (Flandes) con un centro de diálisis situado a 25 kilómetros en tan solo 15 minutos, frente a los 45 minutos que se tarda en llegar por carretera. Los tubos de sangre se colocan en un compartimento seguro y, a su llegada, se descargan automáticamente en una plataforma específica. En el futuro, se podrán transportar de esta forma materiales médicos sensibles, como preparados de quimioterapia, lo que a veces ahorrará un tiempo vital.
Otro ejemplo: El Hospital Universitario La Paz, en Madrid, lidera el proyecto ALE-HOP, que se basa en el uso de drones para el transporte de material sanitario entre centros médicos. En julio de 2023 se realizó un vuelo de prueba en el Hospital de Cantoblanco, que demostró la viabilidad de transportar cargas de hasta 5 kg.
Los drones no están sustituyendo a los vehículos de reparto convencionales, sino que los están complementando. En Estados Unidos en particular, los operadores logísticos están explorando soluciones multimodales, combinando drones y vehículos terrestres para optimizar la eficiencia de las rutas de reparto.
Ejemplo: Empresas como Wing (filial de Alphabet) y UPS Flight Forward ya están utilizando sistemas híbridos en los que los drones realizan entregas en segmentos específicos, mientras que los vehículos gestionan el resto del trayecto en tierra. Wing va aún más lejos, al introducir una combinación de dron y robot autónomo.
Aunque son avanzados, los drones aún están limitados por una serie de importantes retos tecnológicos:
A esto se le suman los costes de inversión de estas tecnologías, que siguen siendo un importante obstáculo.
Las normas europeas sobre drones son relativamente estrictas y a veces poco claras, lo que frena la rápida adopción de drones en las rutas de reparto. La normativa de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, más conocida como la European Aviation Safety Agency (EASA) clasifica los drones en tres categorías: abiertos, específicos y certificados, e impone distintos requisitos para cada tipo de operación. Por ejemplo: los vuelos BVLOS (Beyond Visual Line of Sight) son los preferidos para entregas a larga distancia, pero requieren una certificación y una autorización específicas.
Los drones generan inquietud en cuanto a su impacto social y su aceptabilidad social. Entre las principales preocupaciones están las cuestiones de privacidad (ya que los drones están equipados con cámaras) y la contaminación acústica en entornos urbanos. Las autoridades locales y los ciudadanos a veces se muestran reacios a aceptar una presencia masiva de drones en su espacio aéreo.
A diferencia de Europa, Estados Unidos ha adoptado una normativa más permisiva. La FAA (Federal Aviation Administration) ha autorizado a empresas como Amazon Prime Air, Wing y UPS a realizar entregas con drones, sobre todo en zonas rurales o suburbanas, en modo VLOS (Visual Line of Sight). Estados Unidos se beneficia de un enfoque más flexible que permite probar los drones en grandes áreas sin las mismas restricciones de seguridad que en Europa.
No obstante, Amazon Prime Air anunció en 2013 que entregaría paquetes en los 30 minutos posteriores al pedido. Diez años después, la realidad es muy diferente: aunque se están realizando pruebas en varios estados como California y Texas, las entregas siguen limitadas a zonas poco pobladas. Las regulaciones, la seguridad y los obstáculos logísticos están ralentizando la escala de implementación.
Sin embargo, en 2024, la FAA ha concedido a Amazon el permiso para entregar paquetes utilizando su dron MK-27 en BVLOS, lo que le permitirá ampliar el alcance de sus zonas de entrega. Amazon todavía planea entregar 500 millones de paquetes pequeños al año utilizando drones. Y planea lanzar pruebas en Italia y el Reino Unido en 2025.
Su competidor Zipline ya ha realizado más de un millón de entregas con drones para hospitales y grandes marcas como Walmart.
En Europa, el enfoque es más cauteloso, con normativas complejas y pruebas limitadas principalmente a las zonas rurales. Este enfoque cauteloso está diseñado para garantizar una seguridad óptima, pero también está ralentizando la implementación comercial a gran escala.
Uno de los principales retos sigue siendo la mejora de la tecnología de los drones, especialmente:
Plataformas como AntsRoute ayudan a optimizar la gestión de rutas integrando diferentes medios de transporte con los itinerarios de los vehículos convencionales. Estas soluciones facilitan la planificación de entregas combinadas que cumplen tanto con las restricciones regulatorias como con las mejores prácticas logísticas. La integración de entregas con drones también es totalmente factible.
Para acelerar la integración de los drones en las cadenas de reparto, es esencial simplificar y armonizar las normas a nivel europeo y nacional. Se deben fomentar proyectos piloto transfronterizos para probar las capacidades de los drones en diferentes contextos regulatorios.
A pesar de su innegable potencial, la integración de los drones en las rutas de reparto sigue obstaculizada por desafíos tecnológicos y regulaciones estrictas. Los sueños de pioneros como Amazon en 2013 aún no se han hecho realidad a gran escala, pero se están logrando avances, especialmente en las zonas rurales. El futuro probablemente resida en un modelo híbrido, donde los drones y los vehículos terrestres coexistirán para hacer frente a los desafíos logísticos del mañana.
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